Nueva medicina germánica (NMG)
La nueva medicina germánica puede resumirse en sus “cinco leyes biológicas”:[2]
◾1.ª ley (“ley de hierro”): Las enfermedades graves se originan por un acontecimiento inesperado que es vivido como muy difícil, agudo, dramático y en soledad. El contenido del “conflicto biológico” desencadenado por este choque determina la localización de un foco de actividad que aparece en el cerebro, que se puede ver en un scanner en forma de un conjunto de circunferencias concéntricas, y la localización correspondiente de la enfermedad en el cuerpo. El desarrollo posterior del conflicto determina el desarrollo del foco en el cerebro y el de la enfermedad.
◾2.ª ley (carácter bifásico de las enfermedades): Un paciente que no haya resuelto su conflicto se encontrará en la primera fase, la de conflicto activo, en la que predomina el sistema nervioso simpático y que se manifiesta como una “enfermedad fría” acompañada de piel y extremidades frías, estrés, pérdida de peso y trastornos del sueño. Si consigue resolverlo, entra en la segunda fase, la de curación posterior a la resolución, con predominio del sistema nervioso parasimpático, que suele diagnosticarse como una enfermedad diferente y “caliente” (reumática, infecciosa, alérgica, etc.). En esta segunda fase el foco cerebral sufre un edema y en ocasiones una proliferación de células de la glía que la medicina convencional suele diagnosticar como tumor cerebral. Es la segunda fase la que suele conllevar más riesgo, y solo cuando se completa llega la curación completa. En algunos casos, puede ser preferible no resolver el conflicto sino reducir su intensidad a un nivel razonable, antes que afrontar la segunda fase.
◾3.ª ley (sistema ontogenético de las enfermedades): Los conflictos cuyo foco se halla en el tronco cerebral (que controla los tejidos derivados del endodermo) o en el cerebelo (que controla parte de los tejidos que derivan del mesodermo) conllevan proliferación celular en la fase de conflicto activos, y destrucción de los tumores resultantes en la fase de curación. En los conflictos dirigidos desde el cerebrum (que afectan al resto de tejidos derivados del mesodermo y a todos los procedentes del ectodermo) hay o bien una destrucción de células (necrosis, úlceras) o una pérdida o alteración de la función durante la fase activa. La reconstrucción de los tejidos dañados en la fase de curación también puede ser diagnosticada como un tumor.
◾4.ª ley (sistema ontogenético de los microbios): Los microbios no causan las enfermedades sino que nuestro cuerpo los usa, siguiendo las instrucciones del cerebro, para optimizar la fase de curación, si están disponibles. Los hongos y micobacterias trabajan en los tejidos originados a partir del endodermo y en los de origen mesodérmico controlados por el cerebelo. Las bacterias trabajan en todos los tejidos mesodérmicos y los virus en los ectodérmicos.
◾5.ª ley (“quinta esencia”): Cada par de enfermedades tal como ha quedado descrito es un “programa especial de la naturaleza con un sentido”, desarrollado a lo largo de la evolución para permitir a los organismos salir de su funcionamiento ordinario para lidiar con situaciones particulares de emergencia.
Según Hamer, muchos tratamientos convencionales no tienen ningún valor terapéutico real y son peligrosos. También afirma que la investigación médica convencional es a veces no falsable y a menudo está al servicio de los intereses de las compañías farmacéuticas, lo que impide una investigación precisa de las causas y tratamiento de las enfermedades, e ignora el papel de la mente en la génesis de la enfermedad. Hamer insiste en que su sistema es verificable y que la medicina oficial la está rechazando a priori sin ponerla a prueba, y afirma que la Universidad de Trnava y otros han confirmado sus teorías.[2] Admite que, en caso de un conflicto muy intenso o prolongado, o de una aplicación incorrecta de su método, la NMG no podrá salvar al paciente.[2]
Alegaciones de conspiración sionista
Especialmente controvertida es la afirmación de Hamer de que hay una conspiración sionista genocida que quiere silenciarlo. Según él, los sionistas se curan con la nueva medicina germánica e impiden a los no judíos usarla, en lo que llama «el crimen más repulsivo de la historia de la humanidad». Dice no afirmar esto por racismo ni fanatismo religioso, y explica que «quiere ayudar a todos, sin importarle quiénes son» y que «un crimen es un crimen independientemente de que lo perpetren chinos, esquimales o, como en este caso, judíos».